No entiendo nada. De verdad. Ayer estuve de compras por Madrid. Esta vez por la zona más pija y cara de la ciudad: el Barrio de Salamanca. Las grandes cadenas multimarcas atestadas de gente y con importantes colas en las cajas; las marcas exclusivas con mucha actividad en sus macroboutiques de la C/ Ortega y Gasset; en Abercrombie & Fitch cola para entrar; los cafés, restaurantes y terrazas a reventar… ¿Dónde está la crisis? Me alegra ver la ciudad despierta, viva y energética, pero se me escapa como el agua entre los dedos, esta situación tan chocante. Llego a casa y mientras espero a cenar, sigo viendo en los noticieros como no dejan de hablar de esa gris capota que revolotea sobre nosotros en forma de hongo atómico de destrucción y tristeza y que se llama crisis. Cambio de canal. Prefiero ir con las sensaciones de esta tarde y evitar que el cerebro cortocircuite ante tanta disparidad.