La cuesta de marzo

El frío vuelve a rellenar las esquinas de la península y, en lugar de congelar este hedor a podredumbre, corrupción, indecencia…, lo que hace es soliviantar los efluvios y llevarlos a cada uno de los rincones. Y el ambiente sigue… ¡raro! Y las cosas siguen igual… ¡O Peor!

Ya sé que es deber de los que estamos en una situación privilegiada (tienes trabajo, podemos seguir pagando la casa, tenemos salud, o incluso podemos viajar de vez en cuando) tirar del carro de esta crisis, de esta peste negra que lleva ya varios años anclada en nuestro país. Pero muchas veces piensas en mandar todo al garete, y empezar una nueva vida lejos, muy lejos de este lodazal inmenso que, hace tiempo, fue un lago.

¿Y por qué no lo hacemos? Por que en el fondo pensamos que el lago volverá a emanar y el agua cristalina y mansa emergerá por encima del pantano.

Leo la prensa. ¡Creo que debo empezar a mirar casas fuera de aquí!

Imagen: alertadigital.com

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