Como maestro (o profesor, sumémonos al signo de los tiempos), siempre he pensado que un ejemplo vale más que mil palabras (y eso que me enamoran las palabras… ¡y leerlas!). Y en el caso de los niños, esas aspiradoras del saber en constante proceso de aprendizaje, es fundamental ejemplarizar desde lo visual. El libro, en algunos casos, es el peor enemigo de la enseñanza. Y sino… ¡Mira!