Tras 12 de días de angustia, no pudo ser. Era imposible. Pero muchos pensábamos que existe esa posibilidad. Teníamos referencias de otros casos de personas que aguantaron sin agua, sin comida, atrapados… Pero esta vez no puedo ser. Ese reducto de esperanza se desvaneció cuando se hizo oficial la noticia.
Hombres y mujeres todos a una. Menos unos: determinados medios de comunicación que convirtieron este suceso en carnaza, en prensa macabra, en informaciones sin noticias. En el circo de la pena.

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Comparto la necesidad y el derecho a informar y estar informados. Respeto la libertad de entretener a las audiencias, pero no con cebo mediático de este calibre. Este exceso de infoxicación al respecto no ha servido nada más que para ganar la carrera en el próximo EGM.