Números

Leyendo en el blog de Natalia Simón, una de sus últimas entradas titulada «El Valor de las Encuestas», me sugirió el tema sobre el que escribir hoy, camino de los 40 días de confinamiento por la crisis del COVID-19.

Desayunamos, comemos y cenamos con números. Sobre las 11 de la mañana, cada día conocemos la cifra de personas contagiadas con coronavirus, las altas nuevas, el total de afectados en las últimas 24 horas (según el sistema nacional de sanidad), y el número de muertos. Un número que ya tenemos asimilado al del día que es, la hora que es, el año que vivimos… Un número que forma parte del día a día. Un número que nos provoca escalofríos, inquietud, tristeza, pesar… Un número que suma, multiplica, de vez en cuando resta… Un número que divide.

Números post de @JgaAmago en #Reinventarse
Imagen de Carlos Irineu da Costa en Unsplash

Natalia habla de fiabilidad, confianza, validez y representatividad. Y los números del COVID-19 está muy lejos de todas estas variables y ponderaciones. Y a pesar de ello, son datos que preocupan. Asustan. Dan miedo.

El expresidente de Brasil, Itamar Franco dijo que «Os números não mentem, mas os mentirosos fabricam números» («Los números no mienten, pero los mentirosos hacen números»). El día que conozcamos los números con fiabilidad, confianza, validez y representatividad, ese día, sabremos que con los números se podrá demostrar cualquier cosa. Hasta la verdad.

Volver para ser otros

Os invito a ver el estupendo reportaje/serie documental que ha comenzado el maestro Iñaki Gabilondo en Movistar+ analizando, con diferentes expertos, la crisis del #coronavirus. A más, ayer en La Vanguardia, leía dos interesantes artículos de opinión al respecto, y hoy mismo este diario publica la traducción de un extenso artículo de Harari titulado «El mundo después del coronavirus» que os recomiendo que leáis. Los mensajes están claros: nada va a ser igual. O eso predicen.

Me gustaría ser tan positivo. No porque sea pesimista, ni mucho menos. De esta crisis vamos a salir sí o sí (con la esperanza de que siga reduciéndose el número de personas que desgraciadamente se están quedando en el camino). Pero yo creo que en nuestro país habrá algo que seguirá siendo igual. Que no cambiará. La política y sus políticos. Clientelismo, afecto y desafecto, hiel y miel a borbotones. Y sólo pensando en el propio. Nunca en el ajeno.

Me duele ver como Twitter se incendia por lo que dicen unos y otros. Me afecta escuchar en los chats virtuales que hacemos con amigos, familia o compañeros/as, cómo los bandos se acrecentan y, de repente, tod@s somos expertos en la materia oy lo sabríamos hacer mejor. ¿De verdad? ¿Sabemos lo que hay detrás de una decisión equivocada, pero al cabo, tomada? ¿Y los que no decidieron nada?

Por favor, un poco de paz. Dejemos de ser un «zoon politikon«, como lo definió Aristóteles, para ser más adultos.

Como afirma Harari en este artículo que os mencionaba al principio:

«Toda crisis es una oportunidad: esperemos que la actual pandemia contribuya a que la humanidad se de cuenta del peligro que supone la desunión».

La Vanguardia, 05/04/2020

Tiempos Difíciles, Tiempos Extraordinarios

Vivimos tiempos difíciles, porque vivimos tiempos extraordinarios. Ya lo predijo Edward Norton Lawrence con su teoría del «Efecto Mariposa» o la «Teoría del Caos«: basta con que una mariposa agite sus alas, para que en la otra parte del mundo se genera un caos sin proporciones. Ahora vivimos uno de esos momentos.

Las personas de mi generación (Generación X), hemos vivido cosas impensables o que se tenían por difíciles de acontecer: el primer hombre a la luna, la caída del muro de Berlín, el 11S, la guerra de Irak, el fin de ETA, la crisis económica del 2008… ¡Y ahora, la primera pandemia mundial por culpa del #Covid-19 o coronavirus! Películas como «La Peste«, «Epidemia«, «Exterminio» o «La Amenaza de Andrómeda» fueron ciencia ficción. Ahora estamos en la cruda y dura realidad.

Tiempos Difíciles, Tiempos Extraordinarios por @JgAmago en #ReInventarse
Imagen de visuals en Unsplash

Y se apela a la responsabilidad de tod@s. Fuera de suflamas políticas, posicionamientos ideológicos, religiones, culturas… ¡Debemos ser responsables. Todas y todos, con la humanidad! Si no quieres hacer caso a lo que dice el gobierno, porque eres del «otro color» y te resbalan sus decisiones, haz caso a los médicos que piden a gritos, por las redes sociales, a través de videos, de fotografías… ¡¡Que nos quedemos en casa!! No seas egoísta y piensa que los tiempos difíciles son una lección para poder difrutar de tiempos extraordinariamente maravillosos.

Pánico en el Edén

No hay otra cosa que hablar. Ayer, mientras que dábamos un paseo por Madrid antes de meternos en un restaurante a cenar, el 80% de las conversaciones que se cruzaban en nuestro camino, versaban sobre el COVID-19, a.k.a #Coronavirus. ¡Qué hartura!

Y dentro de la gravedad de la situación, lo peor es el pánico generalizado que se ha creado en torno al dichoso virus de una «gripe enfurecida». Caos. Fakenews. Memes. Avisos. Amenazas. Rezos y plegarias. Viajes cancelados. Besapies cancelados. Los fieles se cabrean. Las agencias y los comerciantes se llevan las manos a la cabeza. Los negocios regentados por ciudadanos asiáticos, cierran por el ¡qué diran!, y el racismo tan lamentable que ejercen los occidentales!

Imagen de CDC gracias a Unsplash

Y creo que la labor de desinformación que están realizando los medios de comunicación, es la culpable de este desbarajuste. ¿Por qué no hay más Lorenzo Mila en las cadenas de TV y medios de información para quitarle hierro al «susto o miedo»? Respeto su trabajo, pero las políticas sensacionalistas y la guerra de las audiencias, están generando tal pánico en el edén, que hasta Adán y Eva van a resistirse a la tentación de comerse y compartir la manzana. ¡No tienen gel desinfectate con el que lavarse las manos, y en Mercadona está agotado! 🤒🤬

Nota: la foto no representa un virus. Si no a pétalos de flores sobre una esfera de corcho. 🤔