Volver para ser otros

Os invito a ver el estupendo reportaje/serie documental que ha comenzado el maestro Iñaki Gabilondo en Movistar+ analizando, con diferentes expertos, la crisis del #coronavirus. A más, ayer en La Vanguardia, leía dos interesantes artículos de opinión al respecto, y hoy mismo este diario publica la traducción de un extenso artículo de Harari titulado «El mundo después del coronavirus» que os recomiendo que leáis. Los mensajes están claros: nada va a ser igual. O eso predicen.

Me gustaría ser tan positivo. No porque sea pesimista, ni mucho menos. De esta crisis vamos a salir sí o sí (con la esperanza de que siga reduciéndose el número de personas que desgraciadamente se están quedando en el camino). Pero yo creo que en nuestro país habrá algo que seguirá siendo igual. Que no cambiará. La política y sus políticos. Clientelismo, afecto y desafecto, hiel y miel a borbotones. Y sólo pensando en el propio. Nunca en el ajeno.

Me duele ver como Twitter se incendia por lo que dicen unos y otros. Me afecta escuchar en los chats virtuales que hacemos con amigos, familia o compañeros/as, cómo los bandos se acrecentan y, de repente, tod@s somos expertos en la materia oy lo sabríamos hacer mejor. ¿De verdad? ¿Sabemos lo que hay detrás de una decisión equivocada, pero al cabo, tomada? ¿Y los que no decidieron nada?

Por favor, un poco de paz. Dejemos de ser un «zoon politikon«, como lo definió Aristóteles, para ser más adultos.

Como afirma Harari en este artículo que os mencionaba al principio:

«Toda crisis es una oportunidad: esperemos que la actual pandemia contribuya a que la humanidad se de cuenta del peligro que supone la desunión».

La Vanguardia, 05/04/2020

La Llamada

Ayer vimos la maravillosa película de Netflix «The Two Popes«, una película dirigida por Fernando Meirelles con los magníficos Anthony Hopkins interpretando al cardenal Ratzinger aka Papa Benedicto XVI, y a Jonathan Pryce como el cardenal Bergoglio más conocido como el Papa Francisco I. Ambos de Oscar, si bien en mi opinión, el maestro Pryce se sale por haber aprendido a hablar en argentino, y sin acento extranjero, que parece que ha nacido en la mismísima Pampa… ¡Magistral!

No voy a desvelar nada de la trama, basada en un hecho real, pero si me llamó mucho la atención como se explica «la llamada» a Jorge Bergoglio. Cómo por un momento concreto, en un lugar determinado, a una hora específica, y encontrarse con una persona única (fuese o no «Él«), la vida te cambia, te da un vuelco, gira 180 grados para convulsionar toda tu existencia y comenzar a ser… ¡otro!

La Llamada, post de @JgAmago en #ReInventarse imagen de Davide Cantelli vía Unsplash
Imagen de Davide Cantelli vía Unsplash

Yo he explicado alguna vez que nunca sentí esa «llamada» (estudié durante 7 años en un internado que nos preparaban para ser sacerdotes, pero no llegué a serlo -afortunadamente para la orden sacerdotal-), y jamás me arrepentiré de haber vivido aquella experiencia formativa y vivencial, libre y decidida por mí al cumplir los 10 años. Soy lo que soy, en parte gracias a lo vivido en el seminario menor de Las Rozas de Puerto Real de Madrid.

Pero sí que la mayoría de nosotr@s hemos experimentado esa «llamada» cuando se nos ha cruzado en nuestras vidas alguien que aún forma parte de nuestra existencia: amig@s, pareja, profesor@s, compañer@s…, y que dejan un poso indeleble en nuestro pasado, presente y seguro futuro existencial. La llamada es esa que no se trata de quién vino primero o de quién te conoce más tiempo. Se trata de quién llegó y nunca se fue…