El 1%

¿Sabías que un 1% de la población tiene el 60% de la riqueza de todo el mundo? No conocía este dato, hasta que el pasado viernes, nos fijamos que, en la breve sinopsis de la segunda temporada de la maravillosa serie «The White Lotus» de HBOMax, aparecía esta referencia, y mi marido me lo explicó. Y parece ser que vivimos rodeados de este 1%. De políticos que dirigen el mundo. De ricos que manejan los hilos del planeta. De indeseables que desestabilizan el orden mundial. De terroristas que dinamitan las libertades. De fanáticos que remueven conciencias. Y en algunos casos, hay personas de este 1% que suman varios 1%. Un mundo en constante desigualdad.

Ayer sábado por la mañana, mientras desayunábamos, vimos en streaming en el canal de YouTube de la NBC el informativo con el gran Lester Holt, y el arranque no fue menos desalentador: un nuevo huracán azotó Florida y reventó parte de la costa. Aquí no había nadie de este 1%. Volver a empezar.

No nos damos cuenta, pero la naturaleza nos sigue avisando que su influencia, su poder es devastador, y que quizás este 1% tenga ya preparadas sus cápsulas en Marte, Plutón o el Metaverso, pero el 99% restante estamos bajo la influencia del clima y sus lamentos. Si el 1% de ese 1% se dedicara a sanar la herida del planeta, todos, el 100% estaríamos más saludables de bolsillo, pero también de vida.

And Just Like That!

¡Uf, madre mía! Más de 3 semanas sin escribir. Trabajo, trabajo, trabajo… Pero ya estamos en la recta final de otro año «raruno» que ya se acaba. Un año marcado por las «olas«. Las de los tsunamis del COVID que ahora vuelve a lanzarnos su encrespada marea y a cebarse en contagios. Una ola que nos invita a quedarnos en nuestras casa; nos atemoriza en estos tiempos de encuentros; nos invita a desencontrarnos, a ser precavidos, y a no bajar la guardia. And Just Like That!

El viernes por fin pudimos empezar a ver el reebot de la icónica serie de HBO «Sex In The City», que ahora se titula «… And Just Like That!«, que se podría traducir como «Y así como así…». Las maravillosas y exquisitas temporadas de «Sexo en Nueva York» hablaban del despertar, de la vida, de los retos, de los sueños, del sexo, del crecimiento profesional y personal, de la madurez… Ahora la serie se centra en las pérdidas. En el que las cosas pasan. Llegan. Se materializan. Se van. ¡Ya tenemos una edad!

A pesar de las durísimas críticas que está teniendo la serie, tengo que decir que me ha gustado mucho el primer capítulo. Porque ahora, Carrie, Miranda y Charlotte son como son. Con sus arrugas, con su pelo canoso, con su kilitos de más… Por supuesto que mantienen el esplendor de una exquisita producción en la que ellas van siempre impecables, e imposibles de acceder -por parte de la mayoría de la humanidad- a esos outfits, pero es parte de la magia, de la ficción, de la fantasía, del sueño de la serie.

Navidad. Año Nuevo. Volver a empezar. Ya se que es muy deprimente el tener que estar pensando que la muerte nos ronda (y más a partir de estas edades, y con el puñetero COVID persiguiéndonos sin tregua), pero… ¿Estamos preparados para ese momento? ¿Estamos preparados para decir, «… and Just Like That!?»

¡Felices Fiestas y que el próximo 2022 venga cargado de todas esas cosas que al 2021 se le han olvidado! 🎄

Todos callaron

Cada sábado nos vamos a dormir con mal cuerpo. Estamos viendo la espectacular y angustiosa serie de HBO titulada «Chernobyl». ¡Menos mal que es una miniserie! 😉 La inexplicable e incomprensible ineficacia del poder al que le importa un bledo la gente, tan sólo eso… ¡El Poder!

Todos Callan, post de @JgAmago en @thetopictrend imagen de Chernobyl serie de HBO
Imagen de la serie de HBO «Chernobyl»

Se callaron como un niño que rompe un cristal jugando con una pelota. Y mataron a miles de personas, infectaron y enfermaron a otros cientos de miles. Y no dijeron nada. No estaban preparados. ¿Estamos preparados? Mientras veo las escalofriantes imágenes de la serie de repente me pongo en Ascó, o en Almaráz, o en Zorita en España… Han pasado muchos años, si. Chernobyl fue el reflejo del ocaso de la URSS, si. Ya hemos tenido otros estados de alerta máxima -por desgracia- causado por otros acontecimientos no tan similares -por suerte-, si. Chernobyl alertó a las instituciones de energía nuclear de lo que podría pasar ante semejante catástrofe (era la primera vez que ocurría un serio percance en una central nuclear). Y pasó.

Pero de verdad… ¿Estamos concienciados de lo que puede ocurrir?

Nos echamos unas risas con las que lía Hommer en la central nuclear del señor Smithers en Los Simpsons… Pero quizás una vez más, la ficción es eso mueca de una preocupante realidad, reflejo de un triste pasado.

Te animo a que veas esta miniserie en: HBO España

Distopia

Una distopía​ o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma.​ Esta sociedad distópica suele ser introducida mediante una novela, ensayo, cómic, serie televisiva, videojuego o película.

Estamos viendo últimamente cómo la ficción se aproxima a la realidad. Muy pocos acertaron en cómo iba a ser el futuro. En aquellas películas de ciencia ficción en las que los coches volaban, otras galaxias se habitaban ante la masificación en la tierra, o vestíamos con uniformes «raros», fueron tan sólo quizas el sueño de un guionista al que le falló su predicción. Sigue siendo una quimera. El cine y la televisión intentaron escribir una realidad futura sin mucho acierto.

Ahora, las series de televisión y algunas novelas nos están presentando escenarios que -por desgracia-, algunos poderosos quieren hacer verdad. La ficción cada vez está mas próxima a la realidad. «The Man in the high castle», «El cuento de la criada», «Altered Carbon», «3%» o la última serie que he comenzado a ver «Years&Years» (brutal el episodio piloto, vamos a ver cómo continua), están alertando de esas sociedades indeseables que determinados poderes desean instaurar. Os recomiendo este estupendo post de Yorokobu al respecto.

Distopia post de @jgamago en #ReInventarse
Distopia por @jgamago en #ReInventarse

Miedo. Lo tenemos tan cerca que produce pavor. Si la ciencia ficción no acertó (ya veremos si llegamos a vivir para contar que «Blade Runner» fue la distopia del S.XX), cada vez estamos más cerca de constatar que alguna de estas series de televisión -que os recomiendo ver-, no inventaron un mundo construyendo hipótesis de dificil factura. Más bien fueron visionari@s catastrofistas de un mundo mucho peor.

Imagen: Blasting News

La vida en serie/o

Tengo una pequeña y «confesable» adicción : las series de TV (véanse en la «caja tonta», en el iPad o a través de cualquier pantalla de un tamaño mayor que un movil). Son mi momento de evasión y encuentro con otras realidades que, ficticias o no, me impulsan a pensar, a escribir, a reflexionar… ¡E incluso a no pensar y a desconectar!

La vida en serie/o post de @JgAmago en el blog #ReInventarse

Photo by Constellate on Unsplash

Ayer por ejemplo, tras una estupenda siesta (el sábado por la mañana trabajé de 9 a 14 horas), me cogí el mando del Fire TV y me enchufé un capítulo de la última temporada de «OITNB», terminé la estupenda y adictiva primera temporada de «The Bodyguard» y también vi el segundo capítulo de la maravillosa y exquisita «Los Romanoffs». No contento con casi 4 horas de inmersión en historias tan diferentes y peculiares, me puse a ver la película «Bird Box (A Ciegas)» en Netflix. Y por la noche, después de cenar, nuestra dosis diaria de «Big Band Theory» para terminar con un capítulo de «Weeds».

Historias para desconectar. Mundos para conectar. Relatos para inspirar. Ficciones para desmotivar. En esas horas me alejé de mi cotidianidad (nada aburrida, por cierto, muy «intensa y enriquecedora»), para sumergirme (como en ese estupendo capítulo de «Black Mirror» titulado «USS Callister»), en una falsa verdad, en una realidad construida a medida de las cientos de páginas que configuran el argumento de historias con las que vivir, soñar… ¡O dormir!