Presunto/a

Ayer terminé de ver la serie documental «Arny, historia de una infamia» que podemos ver en HBOMax. Se cumplen 25 años de este escándalo y posterior caso judicial, que puso patas arriba el honor, la dignidad, la credibilidad y los derechos humanos para inculpados, no inculpados, acusados y afectados. Un escándalo que llenó platos de televisión, y que jugó sin reparos ni pruebas, con el derecho a la presunción de inocencia.

En tres capítulos de una hora de duración, se hace un detallado análisis, con todas (o casi todas), las partes implicadas y poniendo el foco en lo diferentes públicos objetivos del caso: famosos, adultos «culpables» del delito (dueños del local, RR.PP, camareros, clientes…), menores, jueces, fiscal, medios de comunicación, periodistas y el público del «circo mediático» en general.

Las conclusiones, tras tres horas de visionado, es que fueron los que fueron, porque otros quisieron que fueran. Y los que se salvaron, pudieron librarse del escarnio porque los que quisieron que fueran, no pudieron mantener su mentira, y los testigos se fueron cayendo como cartas mal puestas de un castillo de naipes.

Pero ¿Qué queda de su honor? ¿Quién ha pedido perdón por el daño -en algunos casos irreparable-, a sus personas, a sus familias, a sus carreras profesionales? ¡Y menos mal que por aquel entonces las redes sociales aún no tenían ni la presencia ni el poder que tienen ahora!

El dinero mueve montañas. El dinero salva vidas, pero también rompe, corrompe personas. ¡Qué fácil es acusar y qué difícil es pedir perdón! Y mientras tanto, Twitter, Facebook, WhatsApp…, siguen montando bulos, desmontando vidas, promoviendo suicidios (bullying, ciberbullying), ensuciando títulos, destrozando carreras… ¡Y gratis!

Le pregunto a ChatGPT ¿Qué es la verdad? y me contesta:

La verdad es un concepto que se refiere a la conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente, o la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere. La verdad también puede ser entendida como la fidelidad a una idea o la correspondencia entre lo que pensamos o sabemos con la realidad.

Respuesta de ChatGPT by Bing

Pues si no lo sabemos, si no estamos cerca de esa realidad… ¿Por qué «presuntamente», decimos una mentira?

Pánico en el Edén

No hay otra cosa que hablar. Ayer, mientras que dábamos un paseo por Madrid antes de meternos en un restaurante a cenar, el 80% de las conversaciones que se cruzaban en nuestro camino, versaban sobre el COVID-19, a.k.a #Coronavirus. ¡Qué hartura!

Y dentro de la gravedad de la situación, lo peor es el pánico generalizado que se ha creado en torno al dichoso virus de una «gripe enfurecida». Caos. Fakenews. Memes. Avisos. Amenazas. Rezos y plegarias. Viajes cancelados. Besapies cancelados. Los fieles se cabrean. Las agencias y los comerciantes se llevan las manos a la cabeza. Los negocios regentados por ciudadanos asiáticos, cierran por el ¡qué diran!, y el racismo tan lamentable que ejercen los occidentales!

Imagen de CDC gracias a Unsplash

Y creo que la labor de desinformación que están realizando los medios de comunicación, es la culpable de este desbarajuste. ¿Por qué no hay más Lorenzo Mila en las cadenas de TV y medios de información para quitarle hierro al «susto o miedo»? Respeto su trabajo, pero las políticas sensacionalistas y la guerra de las audiencias, están generando tal pánico en el edén, que hasta Adán y Eva van a resistirse a la tentación de comerse y compartir la manzana. ¡No tienen gel desinfectate con el que lavarse las manos, y en Mercadona está agotado! 🤒🤬

Nota: la foto no representa un virus. Si no a pétalos de flores sobre una esfera de corcho. 🤔