Modo Limpieza

Esta mañana, cuando he desactivado el modo «descanso» del teléfono móvil, la aplicación que tengo con la que se puede controlar el lavavajillas, me avisaba que era necesario hacer un «modo limpieza». Yo, que soy un bien mandado, así lo he hecho: he vaciado los rastros de la cena de anoche, y he puesto el programa correspondiente. ¡3 horas!

En el breve camino que tengo desde la cocina hasta mi despacho, donde estaba terminando de programar los contenidos en redes sociales, he pensado: ¿Y si todo fuera tan fácil como con el lavavajillas? Me explico: ¿Y si fuese posible activar un botón y hacer limpieza de nuestro sistema, en tres o cuatro horas? Está claro que, tras el proceso de saneamiento, nuestra mente brillaría de nuevo. Estaría descargada, reseteada, higienizada de todas esas impurezas que la vida, los años, los días y las horas va acumulando como residuos en nuestro cerebro.

Esos restos del naufragio pesan. Son un lastre -en algunas ocasiones-, para remontar la quilla y volver a las plácidas aguas de la tranquilidad. ¿Quién puede decir -afortunado él o ella-, que duerme «tranquilo»?

Ralph Waldo, poeta, escritor y filósofo norteamericano, padre del transcendentalismo, dijo:

«Por cada minuto que permaneces enojado, desperdicias hasta sesenta segundos de tranquilidad»

Ralph Waldo Emerson (1803-1882)