¿Qué es la «felicidad»?

Anoche vimos el fantástico documental «The Capote Tapes» en Filmin. Un magnífico trabajo de investigación sobre la vida, obra e influencia de Truman Capote, partiendo de las famosas cintas que recogieron las entrevistas a los famosos, que nunca llegaron a ser publicadas y que se quedaron ocultas (y nunca encontradas), en su obra literaria y periodística (para tranquilidad de muchos/as de los entrevistados). La historia la va hilvanando Kate Harrington, la hija de un amate de Truman, y que él consideró como su «hija adoptiva». ¡Muy recomendable, de verdad! De Capote sólo me he leído «A sangre fría» (imprescindible, sin lugar a dudas), pero creo que voy a leerme más novelas este verano.

Una de las cosas que más me entristeció (y a la vez me dejó sin palabras), es la imposibilidad de Truman de ser feliz. Lo tuvo todo: fama, dinero, éxito, reconocimiento… ¡¡Y fue incapaz de encontrar la felicidad!! Algunos de los expertos y amigos/as entrevistados lo atribuyen a su infancia tan complicada y a la exacerbada obsesión por ser el centro de todo y de todos. Menos de él mismo. Su homosexualidad no fue un problema. Fuera del armario desde sus comienzos, fue admirado por su sinceridad y libertad, en un momento en el que la homosexualidad seguía siendo un tabú y un pecado. Sin embargo, el alcohol y las drogas acabaron con la vida de un magistral escritor y relator de su tiempo, pero atormentado y desafortunado en su vida personal.

¿Qué se necesita para ser feliz? ¿Salud? ¿Dinero? ¿Amor? ¿Fama? ¿Éxito? ¿Serenidad? ¿Paz? ¿…? Le he hecho la pregunta a Google, y el todopoderoso «don respuestas» me dicen que, para ser feliz:

«… no se necesita más que seguridad, tranquilidad, familiares y amigos que nos quieran y a los que querer, gozar de buena salud, un propósito en la vida, una esperanza para el futuro y, en cuanto a los material, alimento, ropa y vivienda, pequeñas cosas que hacen grande nuestra propia existencia.»

¡Y se queda tan ancho! Bueno. Yo, me quedo un poco más tranquilo. Tengo un poco de todo, ergo… ¡Me puedo considerar feliz! ¿Y tú? 👇