Ocupad@s

¡Dos meses sin escribir! Y no por ganas. Si no por tiempo. La «vuelta al cole» ha sido tan «intensa», que no he encontrado el momento para sentarme delante del PC, abrir el blog y activar el modo «domingo» para actualizar los contenidos, las páginas, y escribir de nuevo.

En los primeros días de septiembre, he estado desplazándome al trabajo desde otra vivienda, porque la nuestra estaba en obras (bueno, aún no han acabado, pero ya hemos vuelto al hogar), y me enfrentaba a 17 paradas de metro entre esta casa estacional, y el trabajo. Durante estos largos trayectos he escuchado todos esos podcast que tenía almacenados. ¡No hay mal que por bien no venga! En uno de esos trayectos, se sentó a mi lado una chica, de unos 30 y pocos años, que estaba anotando en una libreta tipo «moleskine», las clases extraescolares y particulares de su niña. ¡¡Y yo me quejo de agenda!! 🤯 Aquello era un puzle de mil piezas sin plantilla sobre la que guiarse. Era una locura. Como soy muy curioso, de vez en cuando lanzaba el ojo izquierdo hacia su libreta. Pude ver que el viernes, a las 19 horas escribía «psicólogo». ¿Para ella o para la niña?

Y mientras que yo movía mi pie al ritmo del podcast de Defected by Rimarkable mi cabeza se puso a pensar: ¿Realmente necesita esta niñas todas esas clases extraescolares? ¿Son una excusa para que los padres tengan tiempo para trabajar, llegar a casa y que la niña no esté sola, o tener que pagar a una niñera? ¿Están creando un «monstruo de la ansiedad» o una «niña prodigio»? ¿Qué pensará la pobre criatura de tan apretada agenda? ¿Sus amiguitas/os tendrán la misma carga de extraescolares? ¿Cuándo tendrá tiempo para jugar? Y en estos pensamientos, llegué a Atocha y me tuve que bajar.

Vivimos entre los huecos del calendario. ¡Si nos dejan!

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¿Qué tal el verano? Espero que por lo menos hayas podido desconectar o descansar unos días. Yo ya llevo dos semanas de «vuelta al cole» pero no he retomado la actividad del blog antes porque me había propuesto empezar el último domingo de agosto. Soy muy «germano» con determinados propósitos 😉. Y aquí estoy.

Enfrentarse al papel/pantalla en blanco es siempre difícil. Y más después de tanta infoxicación y -a la vez-, desconexión. Podría hablar de la falta de solidaridad y responsabilidad de una parte de la sociedad española; de la absoluta ineficacia y falta de previsión e interés de los que se hacen llamar políticos y/o gobernantes; del cambio climático tan notorio con días en los que en 24 horas pasamos de 38º a 24º… Pero me agobia, me cabrea, me encienden uno, el otro y el de más allá. Así que, en la víspera en la que más de un millón de niños/as adolescentes y jóvenes se incorporan a la aulas (¡la que se avecina va a ser, épica!), voy a hablar del cole.

Volver post by @JgAmago en #ReInvetarseBlog
Imagen de Deleece Cook en Unsplash

Un lugar mágico para algunos; un potro de tortura para otros. Un espacio para aprender; otros lo aprovechan para desaprender. Un entorno para hacer amistades eternas; otros para crearse enemigos villanos. Un encuentro con el maestro/a que te cambiará la vida; un inquisidor amargado para otros/as. Miles de momentos para recordar; miles de horas que odiar. Lecciones de vida para aprovechar; un castigo infinito al que no quieren ni mencionar. Un aprendizaje cada día, algo nuevo por descubrir; cosas que no me sirven para nada, quiero huir.

Blanco y negro. Cara A y Cara B de un mismo álbum que cada uno/a interpreta como desee. Este año está siendo, va a seguir siendo raro, sí. El colegio no lo va a ser menos. ¡Qué Dios/Ala/Yahve/Buda nos pille confesados/as!