El 49

¡Que nos cueste tanto sentarnos a dialogar sobre algo tan fundamental como son las PALABRAS y su significado, pone de manifiesto que lo que faltan son intenciones! Llevamos años reclamando que se modifique el artículo 49 de la Constitución Española (si, la del 78, porque no hay otra), ante el desagravio, la tropelía, la injusticia y el incomodo de ver, sobre una «carta magna» la palabra «disminuidos» referida a las personas con discapacidad. Ahora, el Gobierno, ha aprobado la propuesta de reforma. Pero hay algunos que aún se lo están pensando.

El Artículo quedaría redactado así:

  1. Las personas con discapacidad son titulares de los derechos y deberes previstos en este Título en condiciones de libertad e igualdad real y efectiva, sin que pueda producirse discriminación.
  2. Los poderes públicos realizarán las políticas necesarias para garantizar la plena autonomía personal e inclusión social de las personas con discapacidad. Estas políticas respetarán su libertad de elección y preferencias, y serán adoptadas con la participación de las organizaciones representativas de personas con discapacidad en los términos que establezcan las leyes. Se atenderán particularmente las necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad.
  3. Se regulará la especial protección de las personas con discapacidad para el pleno ejercicio de sus derechos y deberes.
  4. Las personas con discapacidad gozan de la protección prevista en los tratados internacionales ratificados por España que velan por sus derechos.»
Redacción Artículo 49 Constitución Española

Se les llena la boca hablando del «interés general», pero a algunos/as se les olvida que lo público es de todos, y lo único por lo que gobiernan, o quieren gobernar, es para lo/s suyo/s. Pues también la sociedad tiene el derecho a reclamar lo que a ella le pertenece: su dignidad.

Leo una de esas frases «inspiracionales» que pueblan Google y las redes sociales, que dice: «Las batallas diarias son las lecciones a corto plazo para lograr el éxito a largo plazo». Hoy, igual que ayer, o mañana, y siempre, las personas con discapacidad habremos ganado otra batalla: la de las palabras. Dejaremos que la de los gritos, siga en su medallero particular.

¿Pasar Página o Quemar El Libro?

Este viernes he visto un capítulo más de la segunda temporada de la MARAVILLOSA serie «Sapere Aude», la continuación de esa joya televisiva que es «Merlí», y que podemos ver en Nexflix. Cada capítulo viene cargado de filosofía de la buena: de la teórica en las clases que imparten La Bolaños y otros profesores, y filosofía de la vida. Real. Como la vida misma. El gran acierto de esta segunda temporada ha sido incorporar al personaje de Dino, el impresionante Eusebio Poncela haciendo alarde de lo que es, el mejor actor de cine, teatro y televisión que ha parido este país. Sus conversaciones con Pol o María Bolaños (¡¡enorme María Pujalte, brava!!), son de lo mejor guionizado para la ficción en muchos, muchos años.

Al final del capítulo 7, en el que la pandilla está sentada hablando de sus cosas, Rai dice: «Pasar página está bien, pero a veces debes quemar el libro y tirar sus cenizas al mar.» ¿Por qué lo dice? No te lo desvelo que no quiero hacerte un spoiler. 😉

En los últimos meses, he tenido relación muy directa con la familia de un prodigioso joven músico con TEA. Hablando con sus padres me decían que era injusto que este chico, superdotado en las artes musicales, no pudiera acceder al Grado Superior de Música por su discapacidad, cuando había demostrado conocimientos y técnicas excepcionales, alabadas y reconocidas por sus propios profesores. Barreras entre la norma y la realidad. Diferencias entre lo que unos dictan -muy alejados de la realidad de la calle, y otros tenemos que cumplir.

¿Qué miedo existe a renovar la Constitución, para trabajar y redactar en un nuevo tratado que acoja y recoja la realidad de un país, de una sociedad que ha evolucionado en estos casi 45 años de su historia? ¿Por qué mueven páginas, marean sus letras, artículos en lugar de «quemar el libro», tirar las cenizas al mar con todos los honores por la labor prestada, y trabajar todos en construir un modelo acorde a los nuevos tiempos? ¿Qué pierden unos, y qué ganamos otros?

Quizás el problema reside en eso, en lo que pierden unos pocos.