La suma de…

Este fin de semana me ha tocado trabajar. Por eso escribo un lunes. ¡Y tan feliz! (de trabajar y escribir). Feliz por los resultados, por que la suma de muchos y muchas ha significado que otros muchos y muchas hayan disfrutado, participado y emocionado con y del baloncesto en silla de ruedas. Esfuerzo titánico el de un equipazo de lujo con el que estoy teniendo el honor de colaborar en los últimos dos años, para dos grandes eventos que me encantan y que suponen el encuentro con estos profesionales, y ya amig@s, de talla XXXL.

Risas, carreras, sudores, prisas, pausas, nervios, miradas cómplices, sin perder de vista «al presi»atentos, que está escribiendo en el chat del grupo!), palmeritas de hojaldre, acuerdos, ningún desacuerdo (¡qué lujo!), consenso, tod@s a una, pausas para ir al baño, ¡Qué chulas las sudaderas, quiero una!, ¡Salgo a fumar un momento!, ¡Nos abres los vestuarios!», ¡Cómo está el escolta, jajaja…! Y la maquina seguía su rumbo, tirando de muchos vagones, ajustada al milímetro, hasta que llegó a la estación final. ¡Y llegó en hora y con todos su pasajeros contentos!

Hoy es lunes. Quedan reflejos de agujetas y algunas ojeras del cansancio acumulado. Yo tan solo recuerdo con una sonrisa bobalicona lo vivido, y una frase de Michael Jordan que dice:

En un equipo el talento gana partidos, pero el equipo gana campeonatos.
Michael Jordan.

Gracias María, Bea, José Alberto, Miguel Ángel, Javi, Raúl, Alberto… Y sigamos sumando.

El Rugido

Era tan fuerte, que calaba por las ventanas del hotel. Aún así nos permitió dormir a pierna suelta. Resultaba como un ronroneo. Pero impresionaba cuando abrías las ventanas y veías la violencia con la que las olas sacudían las rocas de las laderas de la playa. Y aún así, los surfistas se mecían en sus olas. Y a pesar de las mareas, hombres y mujeres se bañaban en las frías aguas del Cantábrico. ¡Los del norte están hechos de otra pasta! -Dijo una mujer cuando se percató de los aguerridos bañistas.

El Rugido post de @JgAmago en Reinventarse con imagen de Holger Link vía Unsplash
Imagen de Holger Link vía Unsplash

Y entre idas y vueltas, tiempo para mirar hacia el horizonte y ver a través de la niebla montañas, picos cubiertos de nieve, barcos cargueros cruzando la bahía, miradas más allá del móvil. Vimos gente en bañador, mujeres con visón, caballeros con corbata y chicos en vaqueros y skateboard. Algunos tomaban helados, otros café, muchos un vermout, algunos vino de la tierra.

Qué necesario es desconectar para conectar. Escasas 36 horas para encontrarte con que hay «una vida» después de la «otra vida«. Afortunadamente. Gracias Santander.