Agresión

El pasado viernes se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género. Un día que no debería existir, como muchos otros, porque está en el deseo no tener que celebrar efemérides por situaciones que conllevan a la muerte de personas. No deberíamos celebrar algo para reivindicar lo que falta. Pero por desgracia sí. Es necesario seguir recordándole a la sociedad, estas y otras situaciones en las que se veja, se mata a una persona por el mero hecho de imponer la fuerza, la actitud, el predominio, su voluntad, frente al derecho y la libertad del otro/a.

Una vez más, determinada clase política, la que se escuda en la «Casa del Pueblo» para hacer y deshacer a su gusto, impunes, ha demostrado, no sólo no estar a la altura, más bien corroborar que son dignos del más absoluto desprecio y rechazo por parte de todos.

Respeto las creencias políticas y religiosas que no comulgan con las mías. Me gustaría que el resto de la sociedad respetara las mías. No es así, por desgracia. Es intolerable que estos/as especímenes se precien de ser los «elegidos», para golpear sistemáticamente, los derechos y libertades por los que otros luchan/luchamos cada día.

La escritora Christine Mason Miller dijo:

«En cualquier momento tienes el poder de decir que no es así como terminará la historia»

A las personas que no queremos a esta gente «escondida» en unas instituciones que les sirven de trinchera, me gustaría convencerles que, por encima de la idea política, después de todo, es la historia de cada uno/a. Nosotros/Tú eres quien escribe cada renglón, pero también el que decide cuándo borrarlo. Nosotros/Tú eres quien tiene el poder de decidir cómo finaliza esta aventura. Es el momento de invitarles a salir de ella.

Decepción

Ayer escuché esta frase y me pareció genial: «No hay persona peor en la vida que un tonto/a motivado/a. Y si encima tiene poder, peor». Los presentes, sabíamos muy bien a qué político/a se estaban refiriendo y las risas se adueñaron del auditorio. Y es que es cierto, qué peligrosos/as son estas personas que no miden sus decisiones, teniendo el foco de los intereses generales, y se predisponen a gobernar, gestionar, proponer o promover, acciones, leyes que atentan directamente contra millones de personas, en beneficio de otras (que tienen todo el derecho del mundo a ser contempladas como las que ahora quieren derogar).

Vivimos en tensión y tensionados en lo político. Se generan conflictos y conflictúan a los ciudadanos/as tomando decisiones que miran hacia el lado opuesto al que deben mirar. No nos dicen la verdad. Sabemos (o no), quién está detrás moviendo los hilos. Desconocemos que intereses tienen. Pero les votamos porque deseamos que los «otros» no lleguen a gestionar, no lleguen a ser otros «tontos/as motivados/as» que aún seccionen más los derechos y libertades, en pro de aquellos que alimentan sus egos.

Estamos subidos a un tio-vivo de telerrealidad en el que nos abochorna lo que pasa, lo que dicen, lo que gesticulan, lo que insultan, lo que se mofan en la casa de la constitución, en la casa del pueblo y para el pueblo. Y jaleamos con banderas al color que pensamos que nos representa.

El desencanto provoca el caos. La incertidumbre. La apatía. El tedio. La sociedad acciona y reacciona desde la desilusión. La decepción anida en las calles, como buitre que otea el horizonte en busca de su alimento. Y ellos, ellas, esos tontos, tontas, motivados y motivadas, tienen siempre activados sus radares a la caza de una presa más.

Vuelva Usted Mañana

«Vuelva usted mañana», es uno de los artículos que Mariano José de Larra, sigue estando de mayor actualidad. ¡Un visionario! Larra escribió en el S. XIX un artículo que reflejaba la pereza y el tedio de las administraciones por gestionar los temas de los ciudadanos. Hace casi tres siglos de su publicación (el artículo original se escribió en 1833), y seguimos con la pereza.

Este fin de semana, nos fuimos a Valdepeñas, invitado a participar en el XXV Congreso de Sociología que organizaba la Asociación de Sociología de Castilla La Mancha, con una ponencia en la Mesa 13 sobre temas de discapacidad. El viernes, tranquilamente, ya llegamos para comer y nos volvimos ayer sábado noche por compromisos en Madrid. 24 horas muy bien aprovechadas reencontrándome con Natalia y conociendo y compartiendo con gente muy interesante, invitados y ponentes. Disfrutando de una localidad muy entrañable, con una gastronomía, un vino y unas gentes maravillosas.

Una de las ponencias que formaban parte de esa Mesa 13 sobre discapacidad, la impartió una profesora de la Universidad de Salamanca, abordando las dificultades del Arbitraje en materia de discapacidad en la administración pública. Y todos nos quedamos «lelos», cuando leyó una respuesta por escrito que le habían mandado desde una administración pública en referencia a cómo se gestionaba una posible queja de una persona con movilidad reducida ante un problema de accesibilidad. Siglo XXI. Vuelva usted mañana…

¿Cuándo las administraciones públicas pondrán al ciudadano en primer lugar? ¿Sólo en periodo electoral, que entonces parece que las cosas se mueven «un poco»? ¿Nunca? La pereza nacional se institucionaliza y se convierte en un mal endémico en el que la única vacuna posible para que no se expanda el contagio, es «querer» frente a «poder».

Ni pan, ni ganas de comerlo

Asistimos impávidos a otra irresponsabilidad más de nuestros gobernantes/as. Nuevas elecciones. SU prioridad no es la salud de tod@s, ni el bienestar de tod@s, ni la seguridad de tod@s. No. Su urgencia es la suya. ¡Lo del interés general queda muy bien en el titular de los medios! Todo vale. Nada cuenta. Que digo una cosa, y en una entrevista me sacan los colores porque no es cierta… ¡Me pongo de perfil, miro hacia otro lado y listo! Sus ejércitos de opinión (tuiteros y contertulios a sueldo o pro-bono), se encargarán de asestar el golpe. Su sentido de la vergüenza no tiene vergüenza.

Nuestros mayores mueren de tristeza en sus casas (aún muchos sin vacunar). Las personas con discapacidad y enfermos crónicos piden ayuda y una vacuna a la que aferrar su día a día. Los comerciantes se ahogan (dicen que dinero no hay, pero sí para «otr@s»). Muchas familias son el retrato de los años 40, tras la guerra, cuando las colas del hambre eran el pan nuestro de cada día. Las ONG se asfixian: no hay recursos para los que no tienen recursos… ¡Y ell@s a lo suyo! Da igual el color. No importa si eres diestro o zurdo. Lo de los otr@s les importa un bledo.

¿Qué nos queda al resto? ¿Protestar? ¿Patalear? ¿No votar? ¿Votar? Y a las bravas pienso: ¡Por mucho pan que me ofrezcas, sinceramente no tengo ganas de comérmelo! Pero, reflexionando, ya en frío, me digo: ¡Cuando no hay otro menú que poder seleccionar, elegiré el pan a las hostias! Aunque luego nos vengan dobladas.

Mi razón (o la sinrazón de un cabreo)

Ojeando ayer el grupo de Whatsapp con mis excompañeros de colegio (y que se ha ido creando gracias al laborioso trabajo de investigación y recopilación de teléfonos por José Luis C.), leía un post compartido por nuestro compañero Carlos con un artículo de opinión de Joaquín Leguina. Si bien del 90% del artículo no comparto ningún criterio ni afirmación del ex líder socialista y ex presidente de la Comunidad de Madrid, tengo que reconocer que en este párrafo lo ha clavado:

«La política española está hoy en manos de gente que no ha trabajado en su vida. Y lo peor de poner a estos mediocres arriba es que ellos marcan el listón máximo de excelencia. Todo lo cual indica que -en palabras de Ignacio Varela- «el divorcio de la política con la realidad es brutal. Los políticos españoles han construido un universo virtual, una especie de campana neumática completamente desconectada del mundo real […]. Los españoles con mascarilla, golpeados por la pandemia y la recesión, asisten, entre iracundos y fascinados, al espectáculo fantasmal de sus gobernantes y dirigentes acuchillándose entre sí mientras el virus mata, las empresas se arruinan, los trabajadores pierden el trabajo y el país se cae a pedazos».

Joaquín Leguina en ABC 19/03

Sé que no debemos generalizar tanto, pero es que lo que estamos viviendo en el último año clama al espacio (porque el cielo se nos queda corto). Cuando la prioridad debe ser vacunar a la población, para ellos, su prioridad es convocar elecciones (País Vasco, Cataluña, Madrid…). Cuando la urgencia es inmunizar a la población para que la economía remonte, su urgencia consiste en vendettas, incoherencias, rencillas y navajazos. Cuando la necesidad imperiosa está en salvar vidas, sus instintos básicos son salvarse a ellos mismos.

Las grandes cabeceras periodísticas del mundo se preguntan: ¿Qué pasa en España? Nosotros nos preguntamos ¿Qué pasa con los políticos españoles? Ahora llega el momento de votar. ¿Para qué?

La política española zozobra. Naufraga… Pero Europa no se queda atrás. Cuando podríamos habernos puesto la medalla a la mejor acción conjunta contra el COVID, sólo nos preocupa que las decisiones importantes, vitales, urgentes pasen por despachos, comisiones, subcomisiones, agencias, políticos y sus equipos… ¡¡Y así nos va!! Mientras que la era Biden ha demostrado que un buen líder moviliza (en tres meses casis 100 millones de vacunas, y subiendo), los gobernantes de Europa sigue confirmando que primero su sillón, luego los ciudadanos (raras excepciones, claro).

Me estoy leyendo un interesante libro escrito por Manolo Rodríguez somo cómo escribir un blog. En sus primeras páginas dice:

«No necesito un psicólogo. Ya tengo un blog»

Manolo Rodríguez. «No le digas a mi madre que tengo un blog»

Este blog es un poco ese muro de las lamentaciones, lo que a veces es un psicólogo. Lo se. Y perdón a los/as lectores/as por estas arengas, porque quizás estos post no tengan «efecto sanador». Pero seguro que estarás conforme a que «la razón, acabará por tener razón».