Ajustes de Silencio

Horror. Tragedia. Ruido. Gritos. Carreras. Muerte. Desolación. Heridas. Olor. Silencio… 11-M. El pasado viernes, mientras que comenzábamos la mañana en el pequeño «córner-café» que tenemos en la cuarta planta de la oficina, Alberto nos hizo una pregunta: –¿Dónde estabas tú tal día como hoy, hace 18 años? Yo, rápidamente, lo recordé. Tan claro como si hubiese pasado hacía dos minutos. Uno a uno, mientras apurábamos el café para empezar la jornada, fuimos contando el qué, el cómo y el dónde, de aquel triste día, a esa fatídica hora.

Al llegar a casa, la aplicación del iPhone en la que sigo todas mis series de televisión, me lanzó una alerta: «El Desafío: 11M» ya está disponible. Encendí la TV, busqué la app de Amazon Prime Video y le di al «play«. ¡No paré de llorar desde el minuto uno hasta el final! Ahondando en mi pena, puse el segundo. También lloré, pero de rabia por las declaraciones de ciertos políticos, de sus mentiras, de sus «vacíos» de recuerdos. Todo vale. Incluso la muerte. Y la memoria.

Fue en el primer episodio, en el que uno de los policías entrevistados, con las lágrimas a punto de romper su coraje, dijo: «… y mientras en Atocha empezaban los ajustes de silencio, bajé a recoger otro cuerpo más.» Y apunté esa frase. Apagué la tele. En mi teléfono saltó un pop-up con una noticia de «El Huffington Post» sobre Ucrania. Puse el teléfono en modo silencio. Cogí el libro que me estaba terminando. Leí. Lo acabé. Un final violento, angustioso. Guardo el libro en la librería y preparo el siguiente. Me tumbo en el sofá. Nada que hacer, ni que decir.

Necesitaba ese ajuste de silencio hasta volver a empezar con el ruido ensordecedor de la tragedia en 360 grados que estamos viviendo.

#Generaciones

El otro día, mientras que hacía un trayecto por Madrid en Cercanías, una chica hablaba con otra sobre la película «Bohemian Rapsody» el biopic sobre la vida y la música de Freddie Mercury. Le comentaba a su compañera de asiento que había ido a verla con sus padres y que veía cómo éstos interactuaban con el filme moviendo la cabeza y las piernas en las canciones, vocalizando las letras, hablando entre ellos… ¡Y fue la primera vez que he visto llorar a mi padre! -dijo. Emociones diferentes, momento único. 

Ella concluyó que la película no le enganchó. Poco o nada sabía de Freddie Mercury, quizás mucho menos de «Queen«. Sus críticas venían porque Rami Malek «… no le había gustado…» Está mucho mejor en «Mr Robot» Y seguro que los padres pensaron… ¿Y quién es Rami Malek? ¿Qué es «Mr. Robot»?

#Generaciones un post de @JgAmago en #Reinventarse

Choque de trenes. Vías paralelas que coinciden en el tunel del tiempo del ritual cinematográfico (ahora edulcorado por el fin del romanticismo del acto de «ir al cine»).

El motivo es el mismo. El fin último difiere. Un referente, dos ideas. Dos tiempos, un único propósito: poner en valor a diferentes generaciones el talento de un genio que antes de morir dejó una frase ejemplo para ambas generaciones: «Puedes ser lo que quieras, sólo conviértete en lo que crees que podrías ser».

The show must go on!