Los regalos deben formar parte del recuerdo como algo especial, más allá de lo material. Un regalo es parte la historia con quien compartes el privilegio de estar implicado. Puede que no lo necesites, y entonces entrará en el saco de las cosas inútiles. O bien convertirse en seña de identidad, en amuleto de un recuerdo que hará mella en eso que llamamos «memoria» y que siempre estará «presente» en nuestras vidas.