Ni pan, ni ganas de comerlo

Asistimos impávidos a otra irresponsabilidad más de nuestros gobernantes/as. Nuevas elecciones. SU prioridad no es la salud de tod@s, ni el bienestar de tod@s, ni la seguridad de tod@s. No. Su urgencia es la suya. ¡Lo del interés general queda muy bien en el titular de los medios! Todo vale. Nada cuenta. Que digo una cosa, y en una entrevista me sacan los colores porque no es cierta… ¡Me pongo de perfil, miro hacia otro lado y listo! Sus ejércitos de opinión (tuiteros y contertulios a sueldo o pro-bono), se encargarán de asestar el golpe. Su sentido de la vergüenza no tiene vergüenza.

Nuestros mayores mueren de tristeza en sus casas (aún muchos sin vacunar). Las personas con discapacidad y enfermos crónicos piden ayuda y una vacuna a la que aferrar su día a día. Los comerciantes se ahogan (dicen que dinero no hay, pero sí para «otr@s»). Muchas familias son el retrato de los años 40, tras la guerra, cuando las colas del hambre eran el pan nuestro de cada día. Las ONG se asfixian: no hay recursos para los que no tienen recursos… ¡Y ell@s a lo suyo! Da igual el color. No importa si eres diestro o zurdo. Lo de los otr@s les importa un bledo.

¿Qué nos queda al resto? ¿Protestar? ¿Patalear? ¿No votar? ¿Votar? Y a las bravas pienso: ¡Por mucho pan que me ofrezcas, sinceramente no tengo ganas de comérmelo! Pero, reflexionando, ya en frío, me digo: ¡Cuando no hay otro menú que poder seleccionar, elegiré el pan a las hostias! Aunque luego nos vengan dobladas.

Victoria

Desde el martes, hemos desayunado, comido y cenado viendo NBC News, leyendo en la tablet el New York Times y saltando de vez en cuando a Fox News (había que ver qué estaban diciendo desde el reverso tenebroso). Ha sido emocionante, inquietante, esperanzador… Nuestros amigos desde New York nos contaban qué y cómo se respiraba en la calle. Aprendimos nuevos conceptos como «to early to close» o «to call to close«, y esperábamos al gran momento en el que las previsiones dieran paso a la realidad. Y llegó: con la confirmación de los votos de Pennsylvania el sábado a las 18:00, Biden Presidente Electo de los EE.UU y Harris la primera mujer de color vicepresidenta. Celebración.

Victoria post de @JgAmago en #ReInventarseBlog
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Hannah Fry en su obra «Hola Mundo» (por cierto, he empezado a devorar la serie «Halt & Catch Fire», y muy recomendable para los amantes de la informática y la tecnología), escribe al final de su libro:

Ese es el futuro que yo espero. Un futuro donde los algoritmos arrogantes y dictatoriales que llenan muchas de las páginas de este libro sean cosa del pasado. Donde dejemos de ver las máquinas como amos y señores objetivos, y empecemos a tratarlas como haríamos con cualquier otra fuente de poder: cuestionando sus decisiones; escudriñando sus motivos; reconociendo nuestras emociones; exigiendo saber quién sale beneficiado; responsabilizándolas de sus errores, y negándonos a caer en la autocomplacencia. Creo que esta es la clave para un futuro donde el efecto neto global de los algoritmos represente una fuerza positiva para la sociedad.»

Fry, Hannah. «Hola Mundo». Ed. Blackie Books, pág. 250

El algoritmo de QAnon han fallado. La arrogancia de Trump ha fallado. La fuerza positiva ha ganado. Sólo queda recomponer las cenizas, y hacer -de verdad- una nueva América para tod@s. ¡Suerte a Biden y Kamala!

Mi razón, Su verdad

Vivimos tiempos en los que la polarización de las ideas se han convertido en el arma de destrucción masiva de esta sociedad, construidas bajo el paraguas del manual de instrucciones que imponen los partidos (que no las personas), que quieren gobernar o que se sientan en el poder. Todos a una. La dictadura del libro frente a la libertad de la persona. El pensamiento único dirigido, entra en conflicto con las ideas individuales. Si te desvías del argumentario, estás fuera. La disciplina frente a la conciencia.

Y en ese totum revolotum que configuran el ideario político de las ideas de la masa, impulsadas por la doctrina de los partidos, más el conflictuado posicionamiento de las argumentaciones individuales, se ganan y pierden elecciones. O mejor dicho, se ganan y pierden gobiernos.

Mi razón, Su verdad, post de @JgAmago en #ReInventarseBlog con imagen de @unsplash
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Harari en su libro «21 Lecciones para el S.XXI», escribe:

«Sin embargo, para lo bueno y para lo malo, las elecciones, los referéndums no tratan de lo que pensamos. Tratan de lo que sentimos. Y cuando la cosa va de sentimientos… (…) Los sentimientos guían no solo a los votantes, sino también a los líderes… (…) Esta confianza en el corazón puede ser el Talón de Aquiles de la democracia liberal. Porque una vez que alguien (ya sea en Pekín o en San Francisco) disponga de la capacidad de la tecnología de acceder al corazón humano y manipularlo, la política democrática se transformará en un espectáculo de títeres nacional».

«21 Lecciones para el S. XXI». Ed. Debate. Páginas 66-67

— Yuval Noah Harari

Seguimos distraídos con la «Parodia Nacional», mientras los ciudadanos que no atendemos a los partidos, si no a las personas, y confiamos en la razón frente a la imposición, vivimos una auténtica tragedia nacional (y mundial).

Tod@s Ganarán

Ya me lo estoy imaginando. Sobre las 22:30 u 23:00 empezaremos a ver a los principales responsables de los partidos políticos saliendo ante la prensa y sus seguidores enarbolando un mismo mensaje: ¡Hemos ganado! Pero seguro que no. Sólo uno será el más votado. Otra cosa es que la suma derive la balanza hacia la derecha o hacia la izquierda. Entonces puede que sean 2, o más, los que realmente sean los vencedores de esta contienda política. Pero los perdedores (de alguna forma u otra), nos venderán que han ganado.

Tod@s ganarán post de @JgAmago en #ReInventarse

Me quedo con lo de que el resultado de esta noche (nos guste o no), será una «victoria de la democracia». Nos iremos a dormir con la esperanza de que mañana despertaremos en un país mejor. O no.

Imagen: Ashton Mullins on Unsplash