Dos caras de una misma moneda

El pasado viernes tenía la cita para vacunarme contra el #COVID19 ¡Por fin! A las 13 horas en el Wanda Metropolitano (poco le queda ya de «Wanda», porque el gigante chino le retira el apoyo). A las 12 salgo del trabajo muy ilusionado. Los compañeros/as y me desean suerte. Es misma tarde Araceli también tiene cita. Llamo a un UBER y me planto en el Wanda a las 12:20. Puerta 24. La busco, llego. Me escanean el QR y para adentro. No hay mucha gente, pero el goteo es constante. No hay colas ni demoras. Me dirigen por la fila 4 hacia la zona de vacunación. Cruzas el Wanda por las gradas interiores (mucho más grande de lo que me esperaba), y llegas a la zona de sanitarios/as. Una persona te envía al puesto que esté disponible. En mi caso el número 4. Dos personas te reciben: un enfermero delante de un PC que te escanea el QR de nuevo, y una enfermera que, jeringuilla en mano, te dice que te sientes. Y así lo hice. La chica tenía cara de pocos amigos. «Le vamos a pinchar la vacuna Pfizer«, me dice. Le respondo que genial, que yo ya he pasado el COVID y que entiendo que será solo una dosis para la pauta completa. «¡Ah vale, si tú lo dices!», me suelta y zasca… ¡rejón al hombro! ¡¡¿¿Quién c***** dijo que no dolía!!?? ¡¡Por que casi doy un salto que llego a la grada VIP!! Uf… En cuestión de 10 segundo, me pone la tirita, coge el papel de la impresora y me dice que ya está. Que pase a la zona de descanso y espere 15 minutos. Emocionado, les doy las gracias y me desplazo hacia allí.

Llegando a la zona de descanso, leo en el papel que me han puesto Janssen, monodosis, pauta completa. Me doy la vuelta antes de sentarme, le comento a otro enfermero que, su compañera me ha dicho que me ponía Pfizer, pero que en el papel pone Janssen. El enfermero muy amable me dice que no, que esta semana están poniendo solo Janssen. Lo que dice el papel es correcto. ¡Jo con la sanitaria!, pienso.

Se vacía un sitio en la zona de descanso. Me siento. Empiezo a mandar foto del papel a mi marido, familia y amigos. ¡Ya estoy vacunado! Ahora llega otro enfermero y nos da una charla corta, pero intensa, maravillosa, llena de esperanza, de buen rollo, de indicaciones sobre lo que significa estar vacunado, lo que puede pasar, lo que podemos contagiar, lo que debemos y no debemos hacer… Y finaliza con una frase maravillosa, algo así que ya estamos más cerca de volver a estar todos fuera de riesgo y libres. Todos aplaudimos. Una tontería, pero me emocioné. Llevamos meses, más de un año esperando este momento… ¡y llegó! Y mientras espero de nuevo al UBER, pienso en por qué no dejaron a los sanitarios, por qué nos les dieron voz durante la pandemia. Porque esos 5 minutos que este joven nos dio mientras esperábamos a posibles reacciones tras el pinchazo, habrían significado mucho para muchos, en aquellos tiempos tan difíciles. Ellos lo sufrieron más que nadie. Pero al final, todo se politizó, se instrumentalizó de tal manera, que nada era limpio, transparente, claro, sin filtros. Ahora ellos son la voz de todas y todos los que estamos ya vacunados: un poco más libres.

He visto las dos caras de la misma moneda: el tedio, agotamiento, hastío o pereza de una sanitaria que mecánicamente pincha, y ni se preocupa en saber qué pincha, al sanitario entregado, entusiasmado, feliz porque los 50 o 60 de ese turno, ya estábamos más cerca de su propio descanso.

Magia

Magia post de @JgAmago en #ReInventarse
Imagen de Frederick Tubiermont en Unsplash

El pasado miércoles me tocó organizar un espectáculo de magia para los «más peques de la casa», familiares de mis compañer@s de trabajo. Me habían hablado de un mago, al que contratamos, y resultó un auténtico maestro. Fue increíble. Todo un éxito. Y si bien los trucos, los efectos fueron magníficos, el éxito fue gracias a sus dotes de gran comunicador y showman. La magia del mago está en él.

Ayer me llevé a mi sobrino Adam y a mi ahijado Jon al cine. Fuimos a ver «Jumanji: el siguiente nivel». Y como el que no quiere la cosa, Adam me preguntó, al ver a un Papa Noel en el centro comercial, si Papa Noel existía. Adam tiene 10 años. Yo ya estaba preparado, porque mi madre me había contado que esa noche Adam le había interrogado también con preguntas tipo: «Abuela, te voy a preguntar una cosa pero quiero que me digas la verdad…» ¡Y zasca, la pregunta del millón!. Cuando mi madre me lo contaba, me moría de la risa, y ella la pobre en un aprieto de los que hacía más de 40 años que no se encontraba.

Mi respuesta fue acorde con la que mi madre (su abuela), le respondió: «Adam, todo depende de la magia con la que mires a estas fiestas. Si tu crees en Papa Noel, entonces existirá y por sorpresa nos dejará a tod@s regalos mientras cenamos. Si no quieres creerlo y decides que son papá y mamá… ¡Pues entonces quizás lo sean!» Adam no se quedó muy allá… Seguía dándole vueltas. Yo le reté a que encontrara en casa de la abuela dónde estaban los regalos… Y si los encontraba, entonces es que Papa Noel son los papás, las mamás, los tíos/as, etc. La magia de la Navidad está en tí.

Tengo que buscar un sitio nuevo para esconder los regalos, o me cargo la magia de su Navidad 😉

Felices Fiestas a todas y todos, y que la magia de la Navidad nos permita seguir soñando. ¡Ah! Y que el 2020 nos traiga todo lo que al 2019 se le ha olvidado 🙏

Adicciones

La RAE define la palabra «adicción» como:

  1. Dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico.
  2. f. Afición extrema a alguien o algo.

Ahora todo son adicciones: al movil, a la tele, al trabajo, al ocio, a las drogas, al tabaco, a viajar, a gastar, a no hacer nada, a hacer muchas cosas… Somos incapaces de abandonar la adicción a…

Cuando somos pequeños, nuestros padres quieren corregir la adicción al pecho de la madre, al chupete, al brazo, o a la «mamitis» aguda. Cuando somos adolescentes, la adición a dormir, a hacer el perezoso, a jugar, al chocolate o al fútbol. Cuando ya somos más «mayores», muchas de las adicciones heredadas se desmontan de nuestra chepa porque la responsabilidad, y la economía no nos lo permite: debemos ser «responsables». Cuando llega ese momento en el que la edad nos jubila, entonces igual podemos rescatar algunas de esas dependencias olvidades en la carretera, y volver a hacer algo, con alguien, o solos. El caso es hacer porque lo que nos queda, quizás, no nos pemita adiccionarnos a mucho.

Adicción post de @jgamago en #Reinventarse

Nos pasamos la vida privándonos de cosas por otros. Y cuando llega el momento de disfrutar, de encontrar un nuevo equilibrio entre aquello a lo que queremos engancharnos y lo que la ley de vida nos permite, entonces son los otros los que nos invitan a permanecer adictos a sus vidas.

Un ciclo que… ¿cuándo se acaba?

Imágen de Scott Davis vía @burnttoastcreative

Rutina

Es el cáncer de la vida. Es esa sombra que nos acecha, y que cada vez se engrandece a nuestro paso por las horas, los días, las semanas, los meses… Como la nube de tormenta que se convierte en tifón. Lo arrasa todo. Lo convierte en plano. Es la destrucción máxima de las expectativas vitales y profesionales de una persona.

Rutina by @JgAmago en  #ReInventarse

Salgamos de la rutina que marcan los relojes: el del despertador, el del movil, el de la oficina, el del control de fichaje… Y hagamos pequeñas locuras cada día para pasar de la rUtina al esplendor de activar la rEtina y… ¡¡vivir!!

Imagen y video aquí

Copi / Paste

¿Hemos forzado a los niños/as a matar la creatividad? ¿Qué fue de aquellos inocentes juegos en la escuela, en el patio, en la calle, en casa…? ¿Qué ha pasado con la educación que hasta en la escuela primaria todo es curriculo? ¡STOP! Es tiempo de volver a aquellos años en los que, copiar y pegar, se hacía con tijeras.

copipaste

No te pierdas el maravilloso corto de Daniel Martínez Lara y Rafael Cano «Alike«