Pues hoy voy a comenzar este post con una vergonzosa frase que un anónimo líder del PP ha argumentado en EL PAIS para ilustrar el famoso caso del Tesorero del PP, Bárcenas, este señor al que tienen tanto miedo dentro de su partido que no se atreven ni a cesarle. Este cargo pepero ha dicho:
«Es difícil no ceder a las tentaciones si no eres rico, y Bárcenas no lo era…”
Desayunar el domingo con semejantes declaraciones, me recuerdan a la famosa frase de Woody Allen en una de sus películas en la que, al escuchar una sinfonía de Wagner dice aquello de “Me están entrando una ganas de invadir Polonia…”. Vamos, que tras leer esta frasecita de marras, café en ristre en mi terraza viendo amanecer, me dan ganas de, como yo tampoco soy rico, ponerme a defraudar, desviar, prevaricar, estafar o lucrarme con todo lo que pueda y caiga quien caiga. Entonces salgo de mi enfurecimiento y digo: ¡Mierda, pero si no estoy en esa privilegiada elite que configuran algunos políticos y cargos de favor! Bueno, pues nada, seguiré siendo pobre. Pero honrado.
A pesar de que no todo ladrón es de su condición, el establishment político lleva unas décadas dejando su nivel a la altura de las cloacas. O por lo menos los más mediáticos, aquellos que dan la cara por esos otros miles de cargos que trabajan a destajo por defender para lo que fueron votados: los intereses generales de la población. Falta profesionalidad, falta seriedad y sobra carisma. A mi me parece lamentable que las elecciones pasadas al parlamento europeo, no se hablara de Europa y se hablara del Falcon, el Gurtel y Garoña. Me produce hastío y repugnancia que uno vaya a Valencia a apoyar al otro y que el otro siga victorioso, triunfante, elegante y distinguido vistiendo esa percha de cadáver congelado. Y no digamos de la alcaldesa de pro, apalancada en su armario, sin dignidad para enfrentarse al orgullo de ser ella misma. Y suma y sigue… Y mientras tanto unos se enriquecen con el pan que todos los hemos dado, nuestro voto, y el resto seguimos deshojando la margarita ante la duda de si, en los próximos comicios municipales, estatales o autonómicos, debemos acudir o no a seguir alimentando a esas míseras señorías (por decir algo) que, al final, se convierten en nuestras miserias.
Y mientras que unos abanderan la codicia, el eslogan de que hay que se rico, para no robar, 600.000 personas en España viven de la caridad en nuestro país.
Perro mundo. Mundo perro. ¿Cuándo el can se comerá a la gaviota? ¿Cuando realmente, el hambre, apriete y ahogue?