Con todos los respetos y la admiración que me profesa la escritora Clara Sánchez, quiero linkaros al artículo de opinión que escribe hoy domingo en las páginas de Madrid del diario EL PAIS.
Clara Sánchez, milita contra la estupidez humana de la exclusión por ser diferente. Y viene muy a mano tras la multitudinaria manifestación/celebración del Orgullo Gay ayer en Madrid. Da igual que las cifras bailen, no importa si fuimos cientos de miles o millones (más bien afirmaría esto porque no se podía dar un paso), lo importante es que esta fiesta de la tolerancia arrasó con las otras manifestaciones fascitas, retrógradas, arcaicas y sectarias de la Iglesia, los anti abortistas, los anti-matrimonio homosexual, o los anti-familias LGTB. Pasamos por encima de sus gritos como una apisonadora aplasta una lata de cerveza, arrollamos con color, ruido, baile, consignas y unión bajo el paraguas de la igualdad, de la defensa de la libertad y de la diversidad.
Pero vuelvo a reclamar desde este humilde blog, que igual que la familia LGTB se lanza a la calle con fuerza, con ruido, con fiesta, con alegría y con consignas para que nos oigan y se nos vea, el colectivo de la discapacidad tiene que salir de su pasividad y reclamar en la calle, su espacio -sea o no accesible- y así sus reivindicaciones se hagan notar. Abogo por una macromanifestación de esos 4 millones de personas con discapacidad que quieren su lugar en nuestra sociedad, que desean que se eliminen las barreras. La lucha LGTB estalló en Stonewall hace 40 años y significó detenciones, sangre, llantos y palizas. Pero hoy se ha conseguido lo que se ha luchado.
Si los casos de exclusión (que son solo una muestra de los miles de actos en contra de los derechos de las personas con discapacidad), que denuncia la escritora en EL PAIS se patearan y se pelearan en la calle, si se amenazara como se amenazó a la izquierda desde el llamado Lobby Gay a los partidos más progresistas si no luchaban por sus derechos, otro aire soplaría para la realidad de las personas con discapacidad.
Gracias a Clara Sánchez por hacer suya esta lucha a través de las páginas que millones de persona leen. Ahora nos toca, a los realmente implicados, cabrearnos para que no nos humillen más.
Aquí os dejo el link al artículo:
Sí señora, para cabrearse y mucho.
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