Ascenso, caída y vida

La historia del bailarín Sergei Polunin es pública. Sin tapujos. Sin censura. La podemos ver con toda su desgarradora realidad en un documental titulado «Dancer» y del que todos supimos cuando vimos la espectacular coreografía del tema de Hoosier, «Take me to the Church», dirigida por David Lachapelle.

Ascenso, caída y vida post de @JgAmago en #ReInventarse

El indómito bailarín nos enseña cómo salío de una familia modesta y ascendió  a los cielos de la danza clásica gracias a su empeño, tesón, esfuerzo, técnica y empeño. Pero ese ascenso también estuvo cargado de tropiezos, de caídas, de drogas, de desafase… ¡Ser el número uno implica tener la cabeza muy bien amueblada! Mucho más allá que dominar tu cuerpo.

Su coreografía es el grito que rompe con el yugo de la dependencia, del hastío, de la decadencia. Es el baile que emerge de la caída a los infiernos hasta volver a elevarse al olimpo de los mortales. La vida sin ataduras. Sus tatuajes son un símbolo de rebeldía. Sus pasos y saltos la danza de resurección que le hizo caminar entre las llamas de su propio fuego.

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