Costuras

Hacía mucho tiempo que no le dedicábamos tanto tiempo a hacer compras en un centro comercial de El Corte Inglés. Normalmente, bajamos al supermercado y al Rincón del Gourmet, compramos lo que necesitamos, y listo. Pero a recorrer las plantas y ver qué se cuece (y los precios), de este gigante con pies de plomo, no. Y ayer, por compras que teníamos que hacer allí sí o sí, pues estuvimos casi tres horas perdiéndonos por el centro del Paseo de la Castellana. ¡Y digo bien, perdiéndonos!

El fundador de ECI, Ramón Areces, siempre dijo que se quedó fascinado la primera vez que vio las escaleras mecánicas de MACY´S (que aún se mantienen intactas en las subidas y bajas del edificio central de la calle 34). Y ahora, más que nunca, ECI parece MACY´S. Desde que fui por primera vez a New York en el año 2000, recuerdo perfectamente, esto: MACY´S en obras . La situación de cambio constante, de crisis, de evolución y de cambio de paradigma, ha generado que ECI también este en constantes reformas. Cambios, obras, techos desnudos, plantas que desaparecen, secciones que cambian, un poco de aquí, otro de allá… ¡Costuras de un Frankenstein que se tambalea en cada paso!

Fueron los más grandes. Únicos. Líderes indiscutibles. Centro del Universo en España. Referencia. Pero primero Inditex, y luego otros gigantes del retail y del sector del comercio, fueron apagando su llama hasta que Amazon se encargó de extinguirla. Casi. Tardaron en reaccionar. ¡Somos leyenda, historia, y la gente no nos va a olvidar! -debieron pensar sus mandamases. Ahora están padeciendo el síndrome de Ganser.

Como Ave Fénix zarandean sus posibilidades vendiendo, alquilando, entrando en el sector del turismo, de los seguros… Prueba, error, acierto… Siguen cosiendo su Quilt con retazos, dibujando un patchwork unido de costuras efímeras. ¿Qué futuro les depara? Por el bien de sus profesionales, espero que el más prometedor.

Los Años de Plomo

La Línea Invisible (en Movistar+), Patria (en HBO) y El Desafío: ETA (en Amazon Prime Video), configuran la trilogía televisiva que rescata los años de violencia, sangre, horror y terror de la banda terrorista ETA en nuestro país. Un triángulo en el cada lado ofrece una visión diferente de la historia de un pueblo, de un país, de una nación marcada por las más de 850 personas que murieron, que perdieron sus vidas. Dos ficciones (Patria y La Línea Invisible), y una serie documental (El Desafío: ETA) que ahonda, que ahoga, que levanta heridas, que profundiza en el dolor que para todas esas personas (terroristas, miembros de ETA, guardia civil, policía, políticos, empresarios, mujeres, esposas, viudas, madres, hijos…, víctimas y verdugos del terrorismo), afligieron y fueron afligidas por verdades, mentiras, ideales y convicciones que vistieron a España de luto.

Los años de plomo post de @JgAmago en #ReInventarseBlog Imagen de Sergi Ferrete en @unsplash
Imagen de Sergi Ferrete en Unsplash

El otro día me comentaba mi compañera Araceli que se había visto cuatro capítulos de «El Desafío: ETA» de un tirón. Soy incapaz. Estoy viendo un capítulo a la semana. Me sobrepasa tanto dolor. Me cuesta entender toda esa sinrazón, en dosis mayores a una hora.

Recuerdo muchos de los atentados, y secuestros que restañan la barbarie en pleno S. XXI y, si bien creo que es necesario recordar a todos/as los que no vivieron esta brutalidad, las páginas más tristes de la historia de nuestro país, no hay vendas, ni tiritas, ni apósitos ni cirugías suficientes para cerrar tantas heridas, para cicatrizar el dolor de los supervivientes, tras muchos años de paz.

«No puedo perdonarles. ¿Cómo puedo hacerlo?

Hortensia Gómez, madre de Guardia Civil asesinado por ETA el 25/04/1986

Seguiré viendo esta serie en silencio. Con el corazón en un puño. Respetando las ideas de unos, el dolor y el odio de otros, el perdón y el arrepentimiento de algunos. La obcecada defensa de los menos. Y con el deseo de que estas tristes página de la historia de un pueblo, de un país, de una nación, no se vuelvan a escribir.

Un país de bandera(s)

«La más grande», Rocío Carrasco, cantó aquello de «… Se nos rompió el amor, de tanto usarlo». ¡Y qué razón tenía! Estamos en un momento crítico para ver cómo todo se rompe, aún más. Vivimos tiempos complicados, extraños, difíciles que no se solucionan agarrando el estandarte del «amor a la patria», y liarse a bocinazos, caceroladas, gritos, insultos, memes, post, videos o fake news… Los colores adornan, visten, maquillan, confunden, difuminan la verdad. Kadinsky dijo:

El color es un medio para ejercer influencia directa sobre el alma: el color es la tecla, el ojo el macillo, y el alma es el piano con sus cuerdas.

Wasily Kadinsky
Un país de bandera(s) post de @JgAmago en #ReInventarse
Imagen de AMRITA GHANTY  en Unsplash

Meciéndome sobre la música de Kadinsky y su cita, tan sólo añadiría que, ahora, quizás nos falte un poco de corazón y un mucho de responsabilidad.

Si queremos ser un país de BANDERA, ahora mismo deberíamos aparcar ser un país de banderas. Si buscamos nuestro sitio en el múndo, empezando por enamorar a una Europa que nos tiene muchas ganas, bajaríamos las banderas y subiríamos a las astas un poquito de conciencia y consciencia. Hagamos patria, si. Pero no actuando como si fuésemos colonia, o puede suceder aquella arenga de Eva Perón:

«Nuestra patria dejará de ser colonia, o la bandera flameará sobre sus ruinas»

Eva Perón

De Madriz Al Zielo

Madrid me da vida. Madrid me agota. Madrid me fascina. Madrid me desilusiona. Madrid me emociona. Madrid me hastía. Madrid me cabrea. Madrid me conmueve. Madrid me ilusiona. Madrid me da rabia. Madrid me esperanza. Madrid me desespera. Madrid es chula. Madrid es chulesca… Madriz, Madriz, Madriz…

De Madriz Al Zielo post de @jgamago en #ReInventarse
Imagen de Carlos Zurita en Unsplash

Por estas razones, y algunas más que se quedan en el tintero, Madrid me genera, en estos momentos, sentimientos encontrados. Aquí he nacido, aquí vivo, tengo mis raíces y a la mitad de mi familia, a la mayoría de mis amigos/as, mi trabajo, mis compañeros/as, mi hogar… Mi vida… Pero cuando ruge la furia de los colores, cuando se desata la falta de compenetración de un Madrid frente al otro Madrid, Madrid me mata.

Aquellos/as que ahora se sienten dolidos, humillados y denostados, tan sólo les pediría que esta ciudad ha sido, es y será un lugar en el que TOD@S nos hemos familiarizado, con aquello que cantaba Sabina: «Lo bueno es llegar con la boina y la maleta de cartón, y a los cinco minutos ser de Madrid». Sólo les pediría calma, empatía. Entonces, cuando todos volvamos a ser Madrid, podremos volver a entonar con orgullo, alguna de estas estrofas, de canciones que nos convierten en Madriz:

«Maldita ciudad, no es tu mejor momento, y aún estás hermosa.

He de confesarte que te eché de menos.

Agarro la guitarra y canto para ti.

Que bueno estar en casa.

Vuelvo a Madrid»

«Vuelvo a Madrid» de Ismael Serrano

O esta otra que dice:

«¿Cuántas veces he pensado ya en dejar este lugar hostil?

Pero como en los libros de mi infancia

siempre elijo la página que me devuelve al mismo lugar».

«El Cielo de Madrid» de Deluxe

La eterna juventud (#HarariQuotes)

Es uno de los grandes misterios de la humanidad. La eterna juventud. La búsqueda del elixir mágico que nos permita mantenernos «jóvenes» y que el paso de los años no frenen la posibilidad de mantener viva la necesidad de vivir, compartir intereses, expectativas, sueños, retos… No es sólo cuestión de la belleza. Va mucho más allá. Es mantener viva la llama de la curiosidad, del interés por aprender, por conocer, por experimentar y descubrir sin que las barreras del tiempo, la salud, el cuerpo, el ánimo o el deseo nos colapsen por la percepción de que es la edad la que impone su estrategia.

Hahari explica:

Sin invertimos dinero en investigación, los descubrimientos cientificos acelerarán el progreso tecnológico (…) Un día, nuestro conocimiento será tan vasto y nuestra tecnología tan avanzada que podremos destilar el elixir de la eterna juventud, el elixir de la verdadera felicidad, y cualquier otra droga que deseemos…, y ningún dios nos detendrá.

Yuval Noah Harari. «Homo Deus». Ed. Destino, 2018. Página 227
La eterna juventud post de @JgAmago en #ReInventarse
Photo by Jordan McQueen on Unsplash

Y mientras tanto aquí derrochamos el dinero en ver «quién la tiene más grande» (las luces de navidad en las ciudades, claro) 😋, malgastamos el talento en horteradas dignas de un país bananero, dirigimos recursos a fallidos programas y soluciones para contentar a los míos. El interés general es cuestión de una mayoría a la que se la olvida. Ni ciencia, ni investigación, ni eterna juventud. Hay veces que me gustaría vivir en el País del Nunca Jamás.