Lo que la verdad no esconde

Mientras continuamos con esta cadena de medidas impopulares y meteduras de pata del gobierno de ZP (se está complicando la cosa cada vez que intentamos sacar un argumento positivo de este agónico PSOE que necesita reflotar lo que fue), el miedo se aferra a nuestras carnes ante la llegada de la gaviota y su bandada de hambrientos pájaros.

Frente a la más que cruda realidad, a mi me gustaría rescatar y dejar el esbozo sobre el tapiz virtual de la red, algunos apuntes que el activista Jeffrey Weeks subrayó magistralmente sobre el contexto que todos los que configuramos la sociedad LGBT de este país tenemos claro y presente pero, que aquellos que ya se frotan las manos y los bolsillos por ese presumible triunfo adelantado, esconden bajo sus trajes.

Sobre el matrimonio homosexual:

“… llamarlo matrimonio es importante porque se convierte en el centro de una
batalla simbólica. Yo lo veo como una búsqueda de legitimidad y aceptación”.

Y a pesar de que públicamente solo conocemos un caso, también en el PP sus acólitos gays o lesbianas se casan. Y les casan miembros de sus partidos. ¿Qué va a decir entonces Javier Ródenas y su marido Manuel cuando invaliden su situación tras tres años de casados y 15 de pareja? ¿O es que todo este ruido mediático es para sumar fuerzas homófobas y después olvidar este ruido como han hecho con el aborto cuando gobernaban?

Sobre la igualdad de derechos:

“El elemento clave es el debate de los derechos sexuales sobre la base de
nuestros derechos humanos (…), que nuestra humanidad común sea una humanidad sexual común”.

Y para ello hay que promulgar la libertad total y absoluta sobre la sexualidad humana, sin censuras, sin miedos, con precaución y tutela frente a las enfermedades de transmisión sexual, pero sin ataduras. Cualquier medio de represión hacia la plena aceptación sexual conlleva daños perennes para la persona que castra (por agentes internos o externos) la realidad de querer ser lo que le ha tocado ser. Ser gay, lesbiana o transexual, no se escoge, se disfruta plenamente y para ello es necesario que todas y todos miremos con otros ojos la diversidad afectivo-sexual.

“La iglesia y el Estado siempre han reconocido la diversidad sexual… (…) incluso
la iglesia católica reconoce la existencia de lo que llaman una “orientación
homosexual” y dice eso de que amamos al pecador, aunque odiemos el pecado…”

Por lo tanto, que la Iglesia se deje de tonterías y predique con el ejemplo de amar a los que ellos consideran pecadores, aunque oculten bajo sus mitras el pecado. Seguimos destapando casos de pederastia que están siendo inmunes a la propia curia. Y es que el deseo es algo que se puede ocultar, pero no obviar. No os perdáis, sino, la fantástica instantánea que corona este artículo. Una vez más, la imagen vale más que mil palabras así que, por hoy, finito.

FELIZ AÑO… y a Re-Inventarse.

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