Y cuando todo pasaba por una cierta calma, un equilibrio lógico, estable, cómodo, pero trabajado día a día, hora a hora… ¡zasca! El revés te llega sin esperar y te invita a despertar de ese cómodo comfort. ¡Toca empezar! Volver a REINVENTARSE. Y entonces surge el miedo. Pánico. Pero al final te das cuenta que tan sólo hay que saltar, volver a mirar a la luz de las cosas y lanzarse.

Si es que, como dices, al final es todo cuestión de perspectiva. Dar un paso atrás y ver todas las posibilidades que tienes delante tuyo para decir… palante! 😉 Aquí estaremos todos animándote sea lo que sea en lo que te reinventes, seguro que será algo muy grande como crack que eres 🙂
Me gustaMe gusta
¡Gracias, Isabel! 🙂
Me gustaMe gusta