La semana que me toca teletrabajar desde casa, suelo hacer un parón sobre las 08:30 (me levanto a las 6, y a las 6.30 ya estoy frente al PC), y veo con mi marido las noticias del «NBC Nigtly News» presentadas por Lester Holt.» Es el informativo más visto en la franja de noche en los USA y, gracias a esa maravilla que es YouTube, se puede ver sin problemas (y sin publicidad), en cualquier rincón del mundo. Esta semana, una de las noticias de portada ha sido la hisotira de Stone Holtz, joven de 20 años que, tras ingerir más de 20 «chupitos» de whisky en una universidad de Ohio, como rito de iniciación para poder ingresar en la fraternidad Pi Kappa Alpha, murió. Puedes leer la noticia aquí.
Siempre son los mismos. Los que se van, y los que se quedan. Y bajo un estándar. Siguiendo patrones similares. Los que se quedan; el macho Alpha que somete, humilla, avergüenza, discrimina, subyuga y hegemoniza a los más débiles. Los que se van; aquellos/as que tienen la imperiosa necesidad de pertenecer a algo, o alguien, en unos momentos de la vida en los que se busca formar parte de una comunidad y realizarse. Si son aceptados, con el riesgo de perder sus vidas. Sin son descartados, con el miedo y la humillación entre las piernas.
Y al final, no se hace nada. Las inocentadas siguen en las universidades, en los colegios mayores, en el ejército, en los internados… ¡En los centros de educación secundaria! Actos en los que las autoridades se ponen de perfil, condenan y castigan durante un tiempo, para olvidarse en el futuro más inmediato. ¿Qué sería del cine, de las series de televisión, o de las redes sociales sin estas actitudes?