El pasado viernes se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género. Un día que no debería existir, como muchos otros, porque está en el deseo no tener que celebrar efemérides por situaciones que conllevan a la muerte de personas. No deberíamos celebrar algo para reivindicar lo que falta. Pero por desgracia sí. Es necesario seguir recordándole a la sociedad, estas y otras situaciones en las que se veja, se mata a una persona por el mero hecho de imponer la fuerza, la actitud, el predominio, su voluntad, frente al derecho y la libertad del otro/a.
Una vez más, determinada clase política, la que se escuda en la «Casa del Pueblo» para hacer y deshacer a su gusto, impunes, ha demostrado, no sólo no estar a la altura, más bien corroborar que son dignos del más absoluto desprecio y rechazo por parte de todos.
Respeto las creencias políticas y religiosas que no comulgan con las mías. Me gustaría que el resto de la sociedad respetara las mías. No es así, por desgracia. Es intolerable que estos/as especímenes se precien de ser los «elegidos», para golpear sistemáticamente, los derechos y libertades por los que otros luchan/luchamos cada día.
La escritora Christine Mason Miller dijo:
«En cualquier momento tienes el poder de decir que no es así como terminará la historia»
A las personas que no queremos a esta gente «escondida» en unas instituciones que les sirven de trinchera, me gustaría convencerles que, por encima de la idea política, después de todo, es la historia de cada uno/a. Nosotros/Tú eres quien escribe cada renglón, pero también el que decide cuándo borrarlo. Nosotros/Tú eres quien tiene el poder de decidir cómo finaliza esta aventura. Es el momento de invitarles a salir de ella.