La luz al final de tunel… Ya empieza a verse… Esta semana es como el caramelo en la mesa y el niñ@ sentado delante. Paciente a que le digan que lo puede coger. Impaciente por si no le dicen nada y no lo puede pillar. Paciencia. Impaciencia. Antónimos, pero complementarios.

Cada víspera de vacaciones me digo lo mismo: ¡Estoy reventado! Y es verdad. Pero con la satisfacción de que ha merecido la pena y que la vuelta va a ser tan «potente» e intensa, que todo lo que está previsto que ocurra (y seguro que algún imprevisto, también), pinta muy bien. Nuevos retos. Nuevos proyectos. ¿Qué sería del ser humano sin la incertidumbre de lo nuevo? Y si es algo menos bueno, pues lidiaremos con ello. A veces, alcanzar nuevas metas implican riesgos y piedras en el camino que tan sólo te hacen menos fácil conseguir tus objetivos.
«Querido pasado, estoy agradecido por tus lecciones. Querido futuro, estoy listo para ti».
Felices vacaciones a tod@s. Volvemos el 2 de septiembre. 😌