Ayer terminé mi última sesión formativa de este año 202, a alumnos/as del Máster en Gestión de RRHH en la Empresa de EAE Business School. En esta edición he tenido 16 profesionales acompañándome. Muchos de ellos/as con el objetivo de REINVENTARSE profesionalmente, preparándose para el salto desde otras disciplinas y desempeños profesionales, al apasionante mundo de la gestión de Personas y Talento. Un grupo fantástico, muy interesado y comprometido. ¡Gracias por vuestro interés en APRENDER!
Anoche, después de casi 4 años sin vernos, vinieron a cenar a casa Pilar y Jaime. Después de ponernos al día con nuestras historias personales y profesionales (si bien siempre hemos estado en contacto), empezaron a surgir un montón de interesantes temas que nos llevaron hasta las 2 de la madrugada… ¡Y aún podríamos seguir charlando! Uno de ellos fue sobre el papel que los profesores asociados tenemos para ENSEÑAR a los alumnos/as de educación universitaria y/o profesional (Máster, Postgrados, etc.).
Si hay algo que siempre he valorado y agradecido es que me enseñen, no me adoctrinen o me formen. Enseñar es mucho más. Es bajar a la tierra. Es subir una realidad. Es poner entre el alumno/a y la teoría los hechos, la práctica ante una materia que, a veces, puede arrastrar a un pozo de tedio, desinterés, apatía y abandono.
Estamos viendo una serie de televisión en Disney+ que os recomiendo, «Genius» y la primera temporada se centra en la figura de Albert Einstein. El profesor Einstein odiaba las clases magistrales. Su pasión era enseñar fuera del entorno rígido y sobrio del mundo académico. Su obsesión era enseñar sus complicadas teorías para que el otro las pudiera aprender y transferirlas con pasión.
Paulo Freire dijo que:
«Enseñar no es transferir conocimiento, es crear la posibilidad de producirlo»
Paulo Freire
Me gusta ENSEÑAR. Para APRENDER. Yo, el primero.