Libre de Humos

Estoy esperando con cierta urgencia que se ponga en marcha la ley que prohíbirá fumar en espacios públicos como bares, restaurantes y discotecas. Y eso que yo soy fumador. Pero sinceramente, ahora cada vez que acudo a un café, a un restaurante o a un pub a tomar algo, me encantaría que, como en otros países, estuviera el cartelito de “espacio libre de humos”.

No se si será cuestión de la edad o de la obsesión por los malos olores, pero la verdad es que no soporto salir de un garito con la sensación de que, en cuanto llegue a casa, la ropa está directamente para incinerarla, porque ni con la lavadora ese olor a rancio y chimenea con mal tiro, se desprenderá de la ropa que llevo puesta. ¿Será culpa de mi detergente?

Y el caso es que muchos otros fumadores como yo, están de acuerdo con esta futura ley. Que nosotros decidamos quemarnos nuestros pulmones, que seamos o no conscientes de que estamos acortando con cada cigarro que fumamos con deleite (si, porque fumar con moderación es un auténtico placer, lo otro se llama adicción), nuestras vidas y minando nuestra salud, tiene que quedarse en nuestro círculo de incidencia, sin perjudicar al resto de ciudadanos que cohabita en ese entorno lleno de humos. Me parece sorprendente, por ejemplo, la cantidad de familias que un sábado, domingo o festivos, acunan a bebes en carritos en bares infectados de humo, o comparten cerveza con zumos de piña con niños menores en cervecerías plagadas de tabaco y alcohol. Me parecen irresponsables esas madres y padres que, al salir de clase, meriendan con niños y amigas en cafeterías mientras sus hijos aspiran el humo que manan de sus cigarros. ¡¡Y luego querrán que sus hijos no fumen!! E, insisto, que se trata de los espacios públicos porque, a pesar de que en mi casa no se fuma por respeto a mi pareja que es antitabaco y la terraza es el fumadero oficial haga frío o calor, si una familia de fumadores quiere convertir su casa en un espacio con humo, en un mal ejemplo de formas y salud para los suyos, es solo cuestión de la responsabilidad de los congéneres. Y nada más.

Pero muchas voces se alzan en contra de esta ley. Los primeros las asociaciones de bares, restaurantes y locales de ocio (discotecas, pub, etc) que esgrimen el argumento de que las ventas caerán de manera importante en el sector servicios. Puede ser, no pongo la mano en el fuego, pero creo que otras muchas personas que evitan acudir a estos sitios por el consabido tabaco, comenzarán a ser clientes habituales y frecuentes de estos locales. Así ha ocurrido en un país como Australia que, sin tener la tradición “cañera y tapera” que tiene España, desde que se aplicó la ley la asistencia a bares o pub ha ascendido considerablemente. Por que, seamos serios ¿realmente alguien se cree que los españoles nos vamos a quitar elcafé de las 10, la caña de las 2 o la copa de las 11 de la noche porque nos prohiban fumar? Una de calamares con una cervecita a que no.

Y luego también ocurre lo contrario, es decir, la gente que desea espacios libres de humo para acudir con toda la familia a tomar un café o una cerveza y acaban con los paraísos hosteleros de las ciudades. Por ejemplo, ayer me “mosqueó” bastante que uno de mis sitios preferidos en Madrid para tomar café y que no se puede fumar (y no me refiero al Starbucks), estaba “invadido” de familias con coches de niños porque, me imagino, deseaban disfrutar de un café en un espacio libre de humos. Pero en el fondo me jorobó porque si ya cuesta encontrar un sitio “libre de McClaren o Bugaboo” en estas dichosas fiestas, miedo me da pensar que ahora también invaden la paz y tranquilidad de otros sitios más “de moda” que son un retiro de  paz y buen café. ¡¡Cachissss!! Y algunos me tacharán de taliban o snob…, pues me da igual. Yo tan solo quiero tomarme un café leyendo la prensa sin tener infantes correteando a mi alrededor. Todo tiene su momento y su lugar.

El teólogo alemán Thomás de Kempis dijo: “Si todos los años extirparamos un solo vicio, pronto llegaríamos a ser hombres perfectos”. En fin, que paso las hojas del calendario esperando que la ley se aplique para que aprendamos a ser más intolerantes con los vicios de los otros y, a la vez, más tolerantes con las virtudes de los demás.

Un comentario sobre “Libre de Humos

  1. Entonces, lo siguiente que vas a pedir es «espacios libres de infantes», de «ancianos»… Un poco de control o te terminarás quedando en casa. Yo también estoy por la ley, pero ojo porque lucha por la salud pública, no porque me moleste el humo, el olor… que me molestan.

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